sábado, 22 de junio de 2013

Preparativos exhaustivos


¿Ya se dieron cuenta de que no tengo ni un ápice de la liviandad que me acompañaba en otros momentos cuando estaba por salir de viaje? Estoy ansiosa, no paro de preocuparme por nimiedades y quién sabe dónde puse la Oyster card, el enchufe de tres patas cuadradas - ¿qué enchufe se usa en París?- y encima, tengo que llevar más cosas que antes. 
Dicen que cuanto más experimentado se es al viajar, menos equipaje se lleva. Bueno, me falta experiencia, creo yo. 
Aparentemente, llego a London Heathrow y voy directo a Notting Hill Gate (en realidad, la estación de subte más cercana al hotel es Bayswater) para pasar unos días en uno de mis barrios favoritos. Lo que no sé es qué oferta de pubs tendrá esta zona. Es mucho más dominguera que otra cosa. 
Pero es una gran desventaja empezar por Notting Hill, porque las librerías de precios irrisorios y obras invaluables me van a llenar la valija, y va a empezar a leudar desde temprano.  
Recibí un mail de Radley, del Teen Coordinator, que quiso darse a conocer y presentar a demás miembros del personal. También escribió para manguear actividades. O talentos para complementar actividades de recreación. Esto último me inquieta un poco. ¿Qué clase de talento deportivo o siquiera de desplazamiento puedo ofrecer yo? Los que me conocen saben que me opongo firmemente a cualquier actividad que involucre sudar, y además, mi espíritu competitivo se quedó en la primaria. Los alumnos de Radley van a poder participar de juegos de Lacrosse, Squash, y football supongo, pero yo me imagino que voy a mirar y aplaudir. 
Mis palabras en la entrevista, cuando me preguntaron si podía participar en actividades deportivas fue: "Sí, pero no les garantizo ganar". 

En fín, veremos en qué desemboca esta escapada a un campo de deportes inglés. Quién dice, tal vez me convierto en una deportista tardía pero perseverante. Por ahora, me voy a poner a buscar enchufes y tarjetas de subte.

jueves, 6 de junio de 2013

Despegue Inminente


Ya parece mentira. Otra vez vamos a despegar desde Ezeiza, y esta vez es derecho a Heathrow. Una vez más voy a viajar por las muy respetadas y alegres compañías aéreas TAM, que me envolverán en ruidosas demostraciones de país emergente, y además me harán sentir lo amargados que somos los porteños en comparación a nuestros vecinos de más arriba.

Ahora, parece que mi impresora no para de darme benas noticias. Ahí sale el boleto de TAM. Y hay tres más. Epa! O mejor dicho Salute! ¿Roma?
Evidentemente, por fin voy a poder usar mi pasaporte italiano para entrar a "mi país de origen". 
Pero... hay más: Orly... Mon dieu... Qué grata sorpresa. Voy a volver a la ciudad de Julio en Agosto. Y por una semana entera para desmenuzar cada adoquín, sobre cada puente, en cada café. Hay que formatear dos novelas y darle forma a una tercera. Mejor lugar que París no se me ocurre. 

Momento: estos pasajes son para agosto. ¿Donde voy a estar todo Julio? 
Ah, ya me olvidaba. Firmé un contrato. Un college de 400 años cerca de Oxford va a ser mi casa durante semanas. Un murmullo de voces en cuarenta idiomas me convoca a aulas añejas pero con los útimos gritos de la moda metodológica colgando de los paneles de nogal, un campo de deportes inmenso, y verde, verde as far as the eye can see. 
 Se vienen meses con cambios. 
La última vez que trabajé en una escuela internacional fue hace 6 años. ¿Tendré la misma paciencia con los rusos? ¿Seguiré admirándome de la eficiencia académica de los alemanes? ¿Me seguiré horrorizando de la pronunciaciónm de los italianos? Y principalmente ¿podré desempeñar con éxito el rol de teacher 24 horas al día? 
Se vienen meses de cambios y, por supuesto,  de cometarios políticamente muy incorrectos.