jueves, 25 de diciembre de 2014

Christmas

Sí, llegó por fin, la Navidad, que los ingleses hace 2 meses que están esperando con preparativos, decoraciones, ventas promocionales y fiestas varias.
Gabi me hospedó en su casa para pasar unas navidades internacionales. Yo traje unos turrones y demás confituras de Tenerife, ella está cocinando un pavo y estamos degustando cosas inglesas, que por alguna extraña razón se comen en Navidad.
De fondo, hay una película cómica Checa, que sería el equivalente de mirar a Chevy Chase en Europa del Este.
Lo primero que pelamos fueron los Mince Pies. cuando vimos lo que iba a tardar el pavo, nos sentamos a beber Becherovka, una bebida Checa, y lo acompanamos de Mince Pies. Los Mince Pies son unas tortitas que se ven bien pero saben a desaliento y disappointment. No sé de qués están rellenos, alguna mermelada con alguna fruta seca, pero es mucho peor de lo que uno imagina.
Después nos pusimos a hace otra genialidad inglesa: Pigs in Blankets- literalmente: chanchos en sábana. Es una salchichita de copetín envuelta en panceta. Bajas calorías. 18 iguales en una bandeja y al horno.
Ahora estamos mirando el sol (si hay algo que no esperaba ver en Navidad era el sol) mientras esperamos que el pavo se haga.
La gente por la calle nos decía Happy Christmas, y todos parecen muy felices. Me siento en una Novela de Dickens. En un rato da el discurso la Reina. No me lo pienso perder!

miércoles, 24 de diciembre de 2014

Tenerife

Sí, leyeron bien. Tenerife. No sé cómo terminé sacando un pasaje para irme de los días fríos de invierno a las soleadas y rocosas playas de Tenerife. 
El hotel era lo más parecido que vi en mi vida a Rancho Relaxo. Había tanta comodidad que se desperdiciaba. Mi cuarto en realidad era un departamento, de dos ambientes. Y con balcón. 
Me llevé, por supuesto, libros y la computadora, para no sentirme tan culpable porque, según el calendario académico del hemisferio norte, hay que entregar trabajos en enero. 
De todos modos, me las arreglé para pasar tiempo en la zona de piscina, donde muchas familias discutían en varios idiomas europeos, tratando de que sus hijos rubios no se ahogaran. También salí a caminar por la zona de hoteles y clubes de golf. Al parecer, el producto más preciado en Tenerife es la vista, por eso está tapada desde la calle y lugares públicos. Para mirar la vista desde una zona preferencial, hay que estar en un hotel o en un restaurant caro. 
También hay que decirlo, Tenerife está muy mal señalizada. En las Islas Canarias no se estila el uso correcto de las flechas para indicar direcciones. Por eso me perdí a tres cuadras del hotel. 
Tomé mucho café decente, volví a cruzar bien la calle y a ver a los motoristas manejar del lado correcto. También miré un poco de tele, y me reí en voz alta de las propagandas españolas. El domingo a la tarde, después de la pileta, miré una parte de Papá por Siempre, la película en la que Robin Williams se disfraza de vieja para pasar más tiempo con sus hijos, después de separarse de Sally Field (a quien nadie se cansa de dar malas noticias). Me acuerdo que fui a verla al cine con mis papás y mi hermana, allá lejos en lso 90s, y por supuesto, algunas cosas pasaron desapercibidas. Yo pensaba que Sally Field era la mala de la película, pero la verdad, un marido como Robin Williams, que contemple andar vestido de vieja por la calle, te la regalo. Otra cosa, Pierce Brosnan te arrastra el ala?? Listo, Robin no tiene chance. 
De todos modos, dejé de mirarla en la parte del restaurant, cuando todo el embrollo se revela, y Sally Field pone cara de malas noticias. 
Pasé unos días muy raros, ventosos y calurosos para esta época del calendario, y esta parte del mundo. Ahora en Londres, se viene la Navidad, casi sin nubes. Nadie lo puede creer. 

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Pasar el Invierno

Al parecer, los Europeos son maravillosos y creativos a la hora de este ejercicio que no le gusta a nadie y hemos dado en llamar "Pasar el invierno". Por lo general, esta infeliz frase está asociada con cuentas por pagar, falta de recursos, oscuridad, desolación, entumecimiento de partes vitales del cuerpo y ropa poco favorecedora. Sin embargo, en Londres, el concepto de pasar el invierno toma dimensiones inimaginables de color y luminosidad que hacen a uno sentirse un poco desorientado y hasta feliz. 
Comenzamos con Halloween. Una importación Estadounidense para darles a los Británicos una excusa para emborracharse pero disfrazados. También hubo un par de calabazas con velas adentro- una práctica de lo más desagradable. Esa noche fui arrastrada a una fiesta en SOAS (la facultad más revolucionaria de la University of London, porque sus alumnos usan ropa y peinados raros), que de hecho fue una sede idónea, ya que sus alumnos están SIEMPRE disfrazados (para marcar diferencia, reidentificar el origen y tantas otros asuntos urgentes de las minorías étnicas). Ah, SOAS es School of Oriental and African Studies. 
A principios de Noviembre, tuvimos Guy Fawkes´Night, and remember, remember the 5th of November.... gunpowder, treason and plot! Ahora tendría que ser, fireworks, rain and booze! Los fuegos artificiales fueron intensos y múltiples. Se escuchaban cada noche desde una zona diferente. Pero la lluvia no dio tregua esa semana. con mis padres, que vinieron de visita, miramos el show del Lord Mayor desde el puente de Charing Cross. Nos empapamos...
Desde hace un mes y medio está llegando la Navidad. Cada calle de Londres, por secundaria que sea, está iluminada con la más delicada variedad de luces centelleantes, virando del blanco al azul. Nada de purpurina verde ni cintas rojas. Muchos de los estudiantes se vuelven a sus países de origen a pasar las fiestas, y me preguntan: ¿No te vas a sentir sola en Navidad? Pero esto no es Navidad! Ustedes no entienden. En Navidad uno cocina con el horno prendido por una semana mientras hace 40 grados! Hay embotellamientos y la gente se atropella por comprar adornos y turrones! Hay peleas por dónde pasar las fiestas y nadie se pone de acuerdo. Y pan dulce! Y vitel thone! 
Este desfile de luces, frío, chocolate, abrigo, malvaviscos, gorros, guantes, viento, noches que empiezan a las 4 de la tarde, calefacción al máximo y vino caliente, ¿Qué tiene que ver con Navidad?

viernes, 24 de octubre de 2014

Un Mundo Ordenado

La rutina cristalizó, al fin, en Londres. Por un mes tuve el mismo trabajo, entonces todas las mananas  escucho en perfecto acento metálico "436 to Lewisham Shopping Centre" en cada parada; y es hasta ahí que me dirijo. Lo que me da una hora de ida y de vuelta para leer. 
Los días que vuelvo en subte, cambio desde el DLH hasta la Central line en Bank- que según algunos es el mismo infierno- y una masa inmensa de gente, con humor de hora pico, se mueve sincopadamente y en perfecto silencio hacia donde se encuentre el tren de su preferencia. Londres habrá sido en muchas ocasiones el hogar de la contracultura (punks, hooligans, etc) pero a nadie se le ocurre no pagar el colectivo. Todo está monitoreado. Y si pagás bien, se te recompansa de algún modo (con descuentos y esas cosas). De hecho, nadie entiende muy bien cuánto cuesta viajar en subte si viajas con Oyster, o con tarjeta de débito- Acá ya se implementó el contactless payments. Sólo hacés flamear tu tarjeta de débito frente al sensor y voilá. 
Lo que me llama la atención y también a muchos de mis alumnos tan extranjeros como yo es la obsesión que tienen los Ingleses con decir "Sorry". Acá aunque vos los pises y los empujes, te van a decir "Sorry". Lo peor de todo, es que ya lo hago yo también. 
Hay miles de servicios que se pagan aparte en Londres; como por ejemplo la licencia por tener una tele. Me parece una atrocidad pero aparentemente en Alemania y en Francia también se hace. Nos llegó una carta del gobierno a Nutford "invitándonos" a pagar si tenemos tele en nuestros cuartos. 
Por otro lado, la gente ya se prepara para el invierno. Hay decoraciones Navideñas; los pubs ya ofrecen servicios especiales para la cena de Christmas Eve; y la gente hace revisar su boiler (caldera). 
La semana que viene empieza a anochecer a las 5 de la tarde. Mejor, así leo más y me quedo indoors- una cantidad insana de ensayos, journals, artículos y demás información que siento que es una pérdida de tiempo no aprovechar si estoy acá. 
Es una ciudad que vibra, que se transforma en cada momento, pero puede darse el lujo de ser ecléctica porque todo el mundo sabe cómo y dónde cruzar la calle, cómo pagar el transporte, en dónde hacer fila y cuándo pedir disculpas. 

jueves, 2 de octubre de 2014

(Dis) Orientation Week

"Hay al menos dos grandes mentiras en ese título", (Bart Simpson, después de ver la película Naked Lunch). 
Sí, la semana pasada y esta, o sea, no es una semana sola, es Orientation Week en la facultad. El objetivo vendría siendo que los nuevos estudiantes comprendan a dónde ir, qué hacer y con quién hablar al comenzar sus estudios. 
Desgraciadamente, lo único que se logró en Birkbeck en estos días después de tanta clase inaugural, eventos sociales, ferias y mensajes en internet fue que el estudiante termine no sabiendo por qué se metió en esto. 
Lo que se vio en estos días en los edificios de la facultad fue varios estudiantes deambulando perdidos por escaleras, halls, pasillos y anfiteatros con un centenar de folletos en la mano, un lápiz de cortesía y la mirada absorta, tratando de entender dónde queda el baño. También lo que han logrado es que uno se distraiga con las maravillas que ofrece la vida universitaria, en vez de escuchar el seminario sobre Time Management. De igual modo, uno se queda leyendo el programa de teatro gratis que ofrece el centro de estudiantes, cuando tendría que estar tomando nota en el seminario de Academic Skills. De hecho, las primeras notas para este post fueron hechas durante uno de estos seminarios. 
Otra gran ventaja de la Semana de la (des) Orientación es que uno conoce a mucha gente, se olvida de los nombres a los 20 segundos, y vuelve a reencontrarse en el próximo evento, para saludarse si no se sabe con quién hablar, o ignorarse para siempre, porque nos parece un ser odioso. Un crimen sin víctimas. 
En fin, las clases inaugurales fueron un lujo y ya siento una mezcla de entusiasmo y terror; debe ser un buen principio. 








viernes, 19 de septiembre de 2014

The British Library

Hoy develaré el misterio de por qué se hace tanto alboroto por la British Library. 
es un edificio relativamente moderno, porque hace creo 2 décadas, estaba adentro del Museo Británico. Ahora tiene su propio edificio. 
Hay una galería de tesoros, donde se pueden ver manuscritos originales de Shakespeare, Jane Austen, Leonardo Da Vinci y los Beatles entre otros- es más, los Beatles tienen una sección aparte!
En el centro del edificio hay unos estantes que llegan hasta el extremo superior, que contienen la colección de libros de George III, cubierta de vidrio e intocable. 
También es diferente de otras bibliotecas públicas porque NO presta los libros. En la biblioteca Británica hay un ejemplar de cada libro que se publica en el mundo, y obviamente, las mejores ediciones. 
Para acceder a esos libros, uno tiene que hacer un trámite parecido al que se necesita para abrir una cuenta en un banco. Se lleva la documentación necesaria, pero previamente, hay que registrarse online y hacer un pedido de libros. Uno tiene que probar que está investigando, no puede hacerse socio porque le pareció. 
Una vez que uno aprueba este periplo, tiene que mandar su búsqueda de libros a una de las salas de lectura. Yo siempre uso Humanities 1 porque me pareció que era la más afín a mis temas. Para entrar a los Salones, hay que dejar TODO en un locker. Uno tiene que desposeerse de sus objetos más preciados, como el celular, los chicles, la campera, la cámara de fotos,  el dinero, la botella de agua, en fin, todo lo necesario para vivir una vida plena tiene que quedar en un locker. Lo único que se permite dentro de los salones es una laptop silenciada, papel, la llave del locker y un lápiz. No te dejan entrar con lapicera. Se ingresa al salón con estos despojados contenidos en una bolsa transparente que se encuentra convenientemente colgada en la sala de los lockers para este fin. Y se devuelve al terminar!
Una vez que se ingresa a los salones, hay que elegir un escritorio. Hay largas filas de gente cejijunta leyendo y tomando notas de libros que quisieran tener en su casa pero no pueden, por eso viene a la biblioteca. Cada escritorio tiene un número. Entonces, con ese número, uno va al mostrador y mágicamente, una pila de libros que uno ya había seleccionado lo están esperando para que usted haga lo que pueda con ellos. 
Los escritorios tienen una lámpara con pantalla verde, una superficie de cuero cubierta de indicaciones de lo que NO se puede hacer en los salones, enchufes para NO enchufar el teléfono, y un sillón que parece el de Rivadavia. 
Lo que hago yo en la British Library es tomar nota de qué contiene cada capítulo de los libros de las bibliografías de las materias que empiezo a cursar la otra semana que no estén en la biblioteca de Birkbeck, que sí es generosa y me deja llevarme los libros. 
De todos modos, es maravilloso el sentimiento de estar sentada entre todos esos libros. Sí, ya sé, soy Lisa Simpson. 
Una vez que uno termina, o lo echan porque tienen que cerrar, devuelve los libros al mostrador y los guardan en un estante con su nombre por 3 días. Si pasan tres días, hay que hacer un pedido nuevo por internet. Uno entonces se puede reencontrar con sus pertenencias y devolver la bolsa plástica . Un proceso minucioso, si los hay. 

Tarjetas y correspondencia

Oh Merry England. Acá, donde el Mayor of London jura que la ciudad posee los colectivos más avanzados del planeta, acá donde la tecnología avanza despiadadamente, el correo sigue siendo una institución tan actual como twitter. 
Como corresponde, en Nutford House, donde me alojo, junto con casi 200 otros estudiantes universitarios de la University of London, tenemos una casilla de correspondencia. Los primeros días yo veía cómo los recepcionistas entregaban sobres a varios estudiantes, que preguntaban "Hay algo para el número 36?". Un día se me ocurrió preguntar a mí. Tenía 3 sobres. Uno era una invitación a hacerme socia de una clínica de la zona, otro era de la facultad, y el tercero me lleva al siguiente tema que quería explorar: las tarjetas.
Creo que nunca en mi vida había tenido tantas tarjetas como las que recolecté en los últimos dos meses. 
Todos se imaginan que uno tiene una credencial para la facultad, pero también tengo una para Nutford House. Así que es difícil acordarse cuál sirve para qué. Por otro lado, me hice socia de la Biblioteca de Senate House (que es enorme y está al lado de Birkbeck) y miembro lector de la British Library, con acceso a los salones de lectura que tanta reputación tienen entre los académicos. Para cada una de estas cosas tengo credenciales, con fotos más o menos agraciadas. 
Además de las tarjetas oficiales, hay otras que aparecen en la vida del ciudadano común en Londres. Tesco ofrece su Clubcard para acumular puntos, Sainsbury's tiene su Nectar card (los dos supermercados más importantes). 
A eso se le pueden agregar tarjetas de lealtad a librerías (Foyles, Waterstones), farmacias (Boots), teatros. En fin, el ciudadano londinense tiene que acordarse de todas sus credenciales hasta para ir a comprar el diario. 
De a ratos, me dan ganas de subvertir este orden tan riguroso donde el ciudadano bienpensante que le es leal a su marca, y contribuye acumulando puntos con las tarjetas que guarda prolijamente en su billetera y que despliega de acuerdo al negocio donde se encuentre ¡y llegan por correo! Se terminó. Mañana voy a Tesco con la tarjeta de Sainsbury's- que es como pedir frenys en burger- y voy a empezar una revolución de códigos de barras confundidos.














Nutford House

Por fin tengo una dirección permanente! Sí! Se terminaron las idas y venidas en subtes, trenes y coches de alquiler con dos valijas. Ahora poseo una llave en Londres, y me quedo por 12 meses! Ya las valijas están vacías abajo de la cama, los libros en la biblioteca, y oficialmente soy una estudiante en Londres. 
El Hall está entre Fitzrovia y Mayfair, zonas residenciales si las hay, y llenas de musulmanes dueños de TODO. Es una casa antigua, de toda la cuadra, tiene unos anexos que aún no exploré, un jardín y dos salas comunes. 
Techos altos, calefacción central, alfombras, y necesita urgentemente que le cuelgue algunos cuadros en las paredes porque a mi cuarto le falta color. 

Lo mejor de Nutford House, además de que la gente que trabaja acá es muy amable, es la distancia de la facultad, Para llegar a la facultad y a la Biblioteca, que es lo que me ocupa casi todos los días, camino por Oxford Street si quiero mirar negocios y tardar una hora. Si no, si estoy más apurada, puedo ir por New Cavendish Street (la calle de los médicos y consultorios), y una vez que crucé Regent, queda Great Portland Street y en unas cuadras llego.
Por otro lado, también descubrí que High Marylebone Street (la calle principal de esta área) se convierte en Euston Road, la calle de la estación St. Pancras, que es juntamente al lado de la British Library,
Tengo que estar muy distraída para perderme.
Ni hablar del placer que es tener Hyde park a 5 cuadras, entrando por Marble Arch. Londres no deja de dar. 

sábado, 13 de septiembre de 2014

It's all Relatives...

Las pasadas semanas me vi bombardeada por noticias de Buenos Aires. Primeramente, el default, acechando desde un horizonte borroso. La gente me pregunta qué va a pasar y yo todavía no comprendo bien qué implica entrar en default.
Después, la muerte de Cerati; que me dio mucha pena, y me hizo alentar a gente en Holanda y Polonia a escuchar Soda Stereo. 
Y por último, como una bocanada de viento del sudeste rioplatense, con acento porteno y berretines italianos, llegaron mis tíos a St Pancras Station, acompañados por música de los pianos que están a la salida de los arribos del Eurostar. 
Por supuesto, nos emocionamos mucho, nos abrazamos y recibí una cantidad insana de productos de chocolate, cuya marca no voy a reproducir en este medio pero rima con "insana", y es oriunda de Mar del Plata. Yo sospecho que mi tía tiene acciones o está en una clase de arreglo publicitario. Donde sea que va, tiene un producto de esa marca en algún lado. 
Después de llegar al hotel, caminamos hasta el Embankment. Se sobreentiendo que paramos en cuanto cantero, edificio o buzón que pareciera interesante a sacarnos fotos, lo cual retrasó nuestra llegada al río. Mi tía me puso al tanto de noticias nacionales, internacionales, de la familia, del barrio en cuestión de horas. 
Pasaos unos días muy tranquilos, viendo muchos landmarks como Buckingham Palace, Southbank, the OXO Tower, The Tower of London, Covent Garden, etc, en tiempo record. Nos reímos de cómo los policías nos hacían acordar a episodios de Benny Hill. 
Hasta fuimos a cenar a un pub una noche, y mi tía quedó encantada. Otra cosa, mis tíos son muy religiosos, entonces supuse que entrar a Westminster Abbey iba a ser de su agrado. No llegamos a tiempo para las visitas pagas, entonces hicimos la cola para la Evesong, que es una misa vespertina. 
¡Les encantó! Además, era con coro de monaguillos, así que fue al menos un espectáculo. Nos daban la "letra" de lo que decía el vicar y pudimos seguir toda la ceremonia, que es más corta que una misa, y no te hacen participar así que uno puedo abstraerse en sus pensamientos o en la arquitectura gótica cuanto quiera. 
Cuando salimos, mi tía me dijo: " Al final, no es tanta la diferencia entre los Católicos y los Anglicanos. Porque creen en lo mismo." Claro, la diferencia es que la iglesia Anglicana es elegante, te dan almohadones, libritos, no hay cruces sangrientas ni mártires a la vista. También nombran a la familia real a cada rato, y eso es distinción. Dos días más tarde, justamente después de entrar en Bormpton Oratory (la iglesia Católica en frente de Harrod's) mi tía expresó su preferencia por la iglesia anglicana. Espero no estar siendo una mala influencia. 

Instrucciones para llevar a parientes por Londres
1- Avísenles que los coches van para el otro lado
2- No los aburra con hechos históricos. 
3- Busque lugares para comer comida italiana con anterioridad
4- Acuérdese de cenar antes de las 8.
5- Tome el subte
6- Hágales conocer los beneficios de Primark
7- No los fuerce a probar cosas nuevas. When in Rome no se aplica a los Argentinos. 
8- Disfrute de combinar los sonidos de allá con las vistas de acá. 

jueves, 28 de agosto de 2014

¿Summer School?

Vamos a dejar una cosa en claro. Yo firmé un contrato con una Summer School, y hasta ahora la parte de School estuvo contemplada al pie de la letra. Trabajé de profesora, asistente y Directora de Estudios; tomé exámenes, llevé a gente a excursiones, lidié con coordinadoras de muchos países de Europa del Este y recomendé lugares para ir a comer afuera. En conclusión, sí, trabajé en una School. Ahora, el objeto de mi queja de hoy es ¿Summer? 
Cuando uno firma un contrato con Summer Teaching sabe que va a tener que trabajar 12 horas un día, 4 horas otro, y tal vez un fin de semana entero. Tal vez tenga que hablar varios idiomas al mismo tiempo. Pero a cambio de todo eso uno espera un clima agradable, hasta sofocante, pero estivalmente festivo. Bueno, en Embassy se quedaron cortos con eso. Si esas dos semanas de 30 grados que recuerdo vagamente a mediado de Julio fueron el verano de este 2014, no quiero saber lo que me espera en Diciembre. Porque el clima a fines de Julio y todo Agosto fue lluvioso, ventoso y la temperatura no pasó los 21 grados. 
Ya usé bufanda y campera de invierno. Si me llego a poner gorro en los próximos 15 días, voy a rever mi situación. 
Pero por otro lado, me encanta el color verde radioactivo que tiene el césped cuando llueve. Me gusta tomar 25 tazas de té durante el día. Me encanta el sistema de calefacción y de cerramientos herméticos, que hacen que uno sienta que vive en una pecera. ¡eso es! En UK no hay chiflete. Bajo ninguna circunstancia. 
También me gusta el hecho de aprovechar cada rayo de sol que se escapa, para ir a sentarse afuera, con una lona. 
Voy a ver qué hago con los zapatos de verano que compré en rebaja (ahora comprendo porqué estaban rebajados) y será cuestión de comprar más bufandas. 

martes, 26 de agosto de 2014

Bank Holiday, el Notting Hill Carnival y la lluvia

Este fin de semana fue interesante por unas cuantas razones. La primera fue que estuve entre diferentes contratos, así que después de ser una simple profesora en Docklands, el martes me espera un puesto de Director of Studies en Roehampton. Si miran un mapa de los suburbios de Londres van a ver que las dos localidades sen encuentran situadas exactamente una en cada extremo. A eso hay que sumarle que mi familia de equipajes se ha agrandado y ahora cuento con un integrante más. Y eso no es nada sin la constante molestia de la lluvia que no se detuvo por más de una hora en todo el fin de semana. 
Así que tuve la dicha de viajar en subte con dos valijas, lo cual me hace una mujer de mundo. 
el domingo me dirigí a Notting Hill a ver de qué se trataba el famoso Notting Hill Carnival, esperando carrozas y lentejuelas. Sí, había algunas carrozas pero la mayoría de las multitudes se congregaban alrededor de sujetos rastafaris que cantaban sobre las canciones de Bob Marley. Ni siquiera hacían playback. Ni hablar de tocar un instrumento. Pero si por instrumento entendemos objetos que impactan con otros objetos con el fin de hacer bochinche, sí, había instrumentos. Un montón. También cornetas. La comida del Caribe estuvo muy bien, pero la verdad es que el Notting Hill Carnival está sobrevalorado. 
Duró dos días, desde las 12 a las 18 hs, hora a la cual la concurrencia se dirigía tambaleando ordenadamente a los subtes designados. Había muchísimos policías, pero no para reprimir en caso de riots, si no para asistir al borracho desorientado. Para eso están los policías de Londres (que ni siquiera portan armas, solo cachiporras). 
Eso sí, la gente se rompe en estos eventos. Y se ven personajes muy interesantes. Como es un carnival, está bien ir con poca ropa. No importa que en Londres ya haya llegado el invierno. Si dice carnival hay que usar ojotas y remera corta. 
Ayer lunes fue una de las bank holidays. Es un feriado bancario en el que el pais básicamente se para y entra a la dimensión desconocida. O sea, todo funciona en UK normalmente, a menos que sea bank holiday. (Hay 6 anualmente). Por ejemplo, este camino está habilitado para bicicletas, turistas y fotógrafos excepto en bank holidays. O esta canilla da agua caliente a toda hora except en bank holidays. Entonces uno camina por la calle con una sensación de desasosiego, preguntándose si lo que sea que tenga que hacer será posible durante una bank holiday. ¿Qué líneas de subte funcionan? ¿En donde paran los colectivos? ¿Cuánto cuestan los Mc Vitie's? ¿De qué lado va el tráfico?
Justo ese día, a mí se me ocurre mudarme a Roehampton. Imagínense lo que tardé...

lunes, 18 de agosto de 2014

Entretener

Ahora resulta que trabajo en Docklands, cerca de la Olympic Village y del London City Airport. Veo y oigo aviones despegar a todas horas y tengo el río enfrente. 
Hoy me tocó acompañar a un grupo de alumnos a un karaoke. Un martirio de una hora y media. 
Ante todo, uno tienen que comprender que por lo general, en UK, el sujeto que maneja el asunto del karaoke no es un dj con onda y con chupines. NO. En general, son gente como el sujeto que llevaba adelante el karaoke hoy en East London University, portando un peinado como el de Roy Orbison, claramente teñido de negro, y con un sentido del humor dudoso. 
Esta clase de sujetos se creen muy copados porque cantan los grandes éxitos de la parte tenebrosa de los 80s o requechos de ls 70s, como Van Morrison or los Travelling Willburys. Puede cantar, sí, es entonado, pero claramente fracasó en algo, porque si no, no estaría trabajando de esto. Entonces, trata de entretener a los alumnos cantándoles "Pretty Woman", mientras que los chicos deciden qué cantar. 
Por lo general, los adolescentes de hoy en día eligen a One Republic, Justin Bieber, Lorde y esa cancioncilla "Happy" que tan cansados nos tiene. Teniendo en cuenta el entusiasmo con el que eligen canciones uno espera un gran despliegue de talento. pero no, una vez que están frente a la pantalla (siempre en grupos), todos cantan lento, bajito y a kilómetros del micrófono. A la quinta canción así, la exasperación del karaoke artist es evidente, entonces tira un tema él; y aburre. 
Yo no sabía si reirme o dormir. El único profesor que estaba de "guardia" para este flagelo es Toni, que es igual a Peter Sellers en la Fiesta Inolvidable y francamente no me inspira ganas de charlar (debo ser un poco racista). En cuanto llegó una de las profesoras inglesa, casi se desmaya de la emoción, quiso cantar un tema y me pidió que la filme. Cada día Albión me confunde más. 

Ridiculeces Internacionales

Que los ingleses vena la lluvia como un mal necesario, o que las 10 de la noche les parece una hora imposible por lo tarde que es ya no es novedad. Pero hay cosas que todavía me siguen sorprendiendo, no sólo de los británicos, sino de una gran cantidad de otros países. 

Digestive Biscuits: ¿Qué son? ¿Para qué sirven? ¿Por qué les dicen digestive? En mi vida los había probado, por miedo tal vez al término digestive. Pero esta vez sucumbí, y ahora comprendo por qué cada vez que alguien ofrece digestives, todo el mundo acepta eufórico. Vienen con chocolate también. 

Selfies: He comprobado, con desesperación, que los japoneses inventaron un palo (sí, es un palo) para sostener la cámara ante sus caras y sacarse fotos ellos mismos. Andan por Londres, con su cámara sostenida por el palo y nadando en auto suficiencia. Han, por fin, eliminado la única oportunidad del viajero solo de entablar una conversación con un extraño: "Disculpe,¿ me podría sacar una foto?"

Manicura Rusa: No sé si son las rusas solas, pero mis alumnas tienen una obsesión con las uñas; y aparentemente ahora se puso de moda pintarse todas de un color menos la del dedo anular, que va de otro. 

The Mayor of London: Este es un sujeto que es muy excéntrico y rubio. Tiene la costumbre de llenar Londres con carteles preventivos para que la gente no tenga problemas. Por ejemplo: "Fulana se sentía tan mal en el subte, que deseó haberse acordado de llevar una botella de agua". O "No te olvides de usar tu Oyster cuando salis del subte." "Evite demoras! Use las escaleras!" etc. Te hacen sentir en la primaria. Pero el pueblo inglés es obediente y sigue estas indicaciones al pie de la letra. Rule Britannia!












martes, 5 de agosto de 2014

Tower Hill, Monument y St Hallows

The Shard in London Bridge
Pocas cosas me gustan más que ir a caminar at dusk, después de un día intenso de conformar a las group leaders de diferentes nacionalidades. En general, camino por Waterloo Road hasta el Big Ben, o por Blackfriars Road, hasta el Southbank Centre. Pero hoy tomé una decisión importante. Caminé por Blackfriars Road hasta que vi el Shard a lo lejos y caminé en dirección a la estación de London Bridge. Y lo crucé.
Seguí caminando hasta Monument, que fue erigido para conmemorar el punto exacto donde empezó el Great Fire of London en 1666, y después seguí hasta the Tower.

Lo que me esperaba en the Tower es algo sin precedentes. Por el centenario del comienzo de la Primera Guerra Mundial, Londres está vistiéndose de un luto mezclado con gala y orgullo. En the Tower of London comenzaron una instalación donde "plantaron" miles de amapolas en la fosa alrededor de la torre, para recordar a los caídos en la guerra. Las amapolas son el símbolo de los veteranos, y por lo general se las vende hechas de papel en ciertos días conmemorativos. Las de la torre son de cera, y caen desde una de las ventanas. Me llama la atención el lugar donde decidieron hacer la instalación. Fue el castillo de William the Conqueror y Henry I, invasores por excelencia. Pero también los primeros reyes ingleses- no anglosajones.

Personas

El universo está lleno de personas y de artefactos que hacen que uno viva una vida más plena o más torpe, dependiendo de la situación o de sus aptitudes. 
En Embassy, hay muchas personas que han contribuido a hacer mi vida más llevadera en este mes que ya pasó. Como un pequeño homenaje a quienes se fueron a seguir con sus vidas en otros países o lejos de Londres, voy a describir un poco a las personas que me acompañaron hasta ahora. 
Staff- Embassy Southbank

Antonio: Español, joven y divertido. Los alumnos lo persiguen por los pasillos y hace clases divertidísimas. 
Marie Claire: Escocesa, entusiasta y llena de energía. Con ella empezamos el grupo de italianos a principio de Julio y pasamos largos días llevándolos de un lado a otro. Puede hacer hablar a las piedras. 
Mark: Inglés, regordete y confiado. Siempre canturreando alguna tonada. Causó sensación entre sus alumnos, hasta los de origen asiático.
Jack: Mancudian. Igual a mi primo Matías, pero con anteojos. Un gran fan de la historia. Las veces que entré a su aula, siempre lo encontré rodeado de adolescentes rusas y croatas que lo miran con adoración. De ahí su sobrenombre: "Hugh Hefner". 
Rachel: Le tocaron todos los cursos bajos, sus alumnos nunca le pudieron decir una frase entera en inglés y nunca se quejó. Un ejemplo. 
Neil: Tendría que haber sido actor Shakespeareano. Todo lo que dice parece un soliloquio y nunca dura menos de 15 minutos; sea lo que sea: el clima, las fotocopias que se traban, el marcador que no aparece, el café que es un asco, etc. Es un senor adorable, pero no tenemos tiempo para escuchar sus largas historias ni apreciaciones. 
Patricia: Australiana. Un excelente ejemplo del término "gedienta". Nunca encuentra nada, todo le parece una gran complicación, tarda un siglo es hacer las cosas y habla hasta el infinito, con tono lastimoso.
Pam: Inglesa. flotando, al igual que sus faldas, confundida y desorientada, con una canasta. Sí, en vez de cartera usa una canasta como la que usaba mi mamá para irnos de vacaciones. Supuestamente, tiene acento fino, y a todo el mundo le dice "darling".
Alex: Un erudito, joven e inexperto, que me hizo bostezar en varias ocasiones, junto a grupos de alumnos, con clases sobre el clima. Después me contó que tiene un título en Geography. Claro, qué aburrido. Una aberración para enseñar una segunda lengua. No habla fuera del aula salvo que se le pregunte algo específico o necesite fotocopias. Suponemos que es insensible a las temperaturas.
Ya sabemos que Joanne es una ídola y hace que todos seamos felices en Southbank. Pero a quien tememos, todos por igual, es a Big Phil, el jefe de Joanne y, por consecuencia, de todos nosotros. Big Phil bebe como loco, y por las mañanas toma decisiones impensadas, como mandar a gente a otros centros en los suburbios o ir a observar clases él mismo. Dicen que cuando entra a un aula, se cierne el cielo en una tiniebla espesa, y suenan canciones de heavy metal.




lunes, 28 de julio de 2014

Fin de semana

Como el neurólogo en la novela Saturday de Ian Mc Ewan, me dediqué a hacer de cuenta que vivo en Londres y que este fin de semana por fin puedo tomármelo para relajarme. Momento. Sí vivo en Londres y sí me puedo tomar el fin de semana para relajarme. 
Sin pensar en la infinita cantidad de cosas interesante que hay para hacer y que no pude porque no tuve tiempo, o justo estaba en la otra punta, decidí elegir unas pocas y ver si podía. La primera fue la exposición de fotos y retratos de Virginia Woolf en the National Portrait Gallery. Realmente un lujo; una colección acotada pero rigurosa, que se concentraba básicamente en los traumas de su vida (casi su vida entera) y los amigos que fue haciendo a lo largo de su ida pública. Una de sus allegadas, Victoria Ocampo, fue quien la convenció de posar para Vogue y le aconsejó qué ponerse. 
Quería ir a una muestra de fotos en la Torre OXO, pero creo que lo puedo hacer en cualquier momento. Lo que no puedo dejar para otro momento es pasear por los parques si el clima invita. Y eso es lo que hice. El sábado estuve en Regent Park, leyendo; y el domingo pasé por Kensington Gardens, desembocando en Portobello Road y ver los últimos vestigios de la feria. 
Lo mejor que se puede hacer en Londres un domingo es ir a los mercados. Hay comidas regionales, ropa fea, zapatos de mala calidad, baratijas (amo las baratijas!!!) y libros a precios ridículos. 
También busqué charity shops, que venden cosas de segunda mano; pero cada vez que me encontraba con un Oxfam, estaba cerrada. Damn my luck. 
Hoy es lunes, fue un loquero, pero sé que me espera otro fin de semana para vagar por Londres en exactamente 5 días. 

viernes, 25 de julio de 2014

Lo que se ve por la calle

Si uno sale a caminar por Londres ve las siguientes cosas. Ya les voy adelantando que salir a caminar se aplica acá solo a turistas, o a oficinistas vestidos de traje o vestidito y zapatillas secuestro, como en Secretaria Ejecutiva. El resto de los londinenses se trasladan en subte o simplemente se estacionan en la puerta del pub más cercano. 
Lo que vi varias veces y me llamó la atención es un vehículo que no sé cómo se llama, que consta de una rueda- sí, una sola rueda- y unos pedales fijos para poner los pies. No tengo idea de cómo se propulsa y cómo no se mata la gente usando esto pero debe ser muy caro.
También se ven personas bien vestidas, claramente con trabajos importantes y cierta elegancia, arrastrándose sin mucho equilibro después de las 8 de la noche, irremediablemente borrachas. Bochornoso es poco.
Hay personas que pintan las letras, líneas zigzagueantes y derechas sobre el asfalto, y hoy vi a unos hombres en pleno proceso e restauración de señales pavimentales: un proceso digno de admirar porque esta debe ser la única ciudad que tiene tantas ilustraciones e indicaciones sobre el tarmac.
Todo es teatro, también. Miles de anuncios prometen noches inolvidables viendo un musical (que yo jamás pagaría por presenciar), y otras obras clásicas que estoy evaluando ver. En el Globe tendría que haber reservado desde el 2012 para ver algo este verano. Pero puedo llegar a encontrar algo el domingo, que es el día de la tercera edad. si no, a 5 minutos de acá tengo el National Theatre y están dando Medea, que puede llegar a gustarme.
Por sobre todas estas cosas, el ojo atento de la Torre del Big Ben y sus círculos de acero extendiéndose una vez por hora anuncian que todo está bien. Para mí todo está bajo control si puedo verlo al menos una vez por día. Si puedo pasearme bajo su mirada alerta, con el atardecer adelante y el río centelleando, no tengo de qué preocuparme. Se cierra una noche más sobre la ciudad milenaria, eterna y termina una de las tantas semanas que me quedan acá. Por más que le escriban el asfalto con pintura nueva, o la paseen con vehículos altamente tecnológicos, el pulso de Londres sigue latiendo de la misma manera, como lo hace desde hace siglos.









martes, 22 de julio de 2014

Do Write Immediately

En el Southbank Centre hubo un festival de poesía todo este fin de semana. Además de instalaciones estrafalarias, talleres y poesía efímera hecha por los participantes del público, que francamente me parece una pérdida de tiempo, hubo varios eventos y lecturas que me llamaron la atención de manera especial. 
http://www.southbankcentre.co.uk/whatson/do-write-immediately-poets-l-83685
Uno de ellos fue una lectura de cartas enviadas por poetas a sus amantes/ parejas. La idea regente detrás de esta lectura era recuperar el arte de escribir una carta. No sólo para declarar sentimientos, pero también porque es un objeto bello, un lujo casi, y , lo más importante, tiene la letra del emisor: un rasgo de la personalidad  (o de los sentimientos que estaban presionando sobre esa personalidad al momento de escribir) plasmado para siempre.

Leyeron cartas de Flaubert, de Sylvia Plath, de Ted Hughes a los hijos, de Neruda, de Lord Byron a varias destinatarias, y de John Keats sabiendo que se moría en Italia.
Lo más interesante de esta lectura fue la introducción: Instrucciones para Escribir una Carta. Tendría que haber seguido la tradición de mandar cartas, y yo lo hice tanto como pude, pero es verdad que mandar mails o mensajes no es lo mismo. El objeto en papel vale mucho más.
Otra cosa que ando haciendo por Southbank es mirar atardeceres. Eso de Waterloo Sunset es absolutamente verdad.
Cartas, atardeceres, despedidas. Se van los Italianos y se termina mi curso intensivo en la lengua del Dante. Quedan unos pocos Taiwaneses, Croatas, Turcos, y muchos, muchos, miles , insoportables cantidades de Rusos.




viernes, 18 de julio de 2014

Waterloo

Waterloo no es solo una canción de ABBA. No. Es, además, mi estación de trenes preferida en London. ¿Por qué? Bueno, por un sinfín de factores. Hay quienes pueden argumentar que Victoria es más fina, con su pasillo hasta Buckingham Palace, y sus duchas públicas. Hay, asimismo,  adeptos al mago adolescente que podrán decir que St. Pancras tiene su encanto, ni hablar del tinte internacional que conlleva su alianza con Eurostar, pero toda esa gloria me parece exagerada. También Charing Cross, con su cercanía a los teatros y a Trafalgar Square podría ser la predilecta, pero a mí me confunde salir a la calle desde Charing Cross y nunca saber para dónde agarrar. Me parece que estas estaciones apabullan por lo grandes y por lo parecidas que son a un shopping. 
Por otro lado, no quiero irme al otro extremo y vanagloriar a Elephant and Castle o Paddington, que son una mugre. Eso lo dejo a los hippies. London Bridge tiene el edificio a la salida, este que parece una astilla de vidrio: the Shard. Pero ninguna se compara a Waterloo, con su modesta selección de confiterías, su fácil acceso al subte y sus cómodas escaleras mecánicas. Además, de las 4 estaciones que tengo a 400 metros a la redonda, es la que más fácil acceso tiene: no me pregunten por qué. 
Es la estación donde convergen la Northern, Jubilee y Bakerloo lines, que prácticamente cubren los puntos más importantes de oeste. Por otro lado, desde Waterloo puedo ir a Eastbourne y a Hastings, en trenes que cuentan con mesas, baños y servicio de té y café. 
Por eso, cada vez que tenga que tomar un tren al sur, voy a salir desde Waterloo. Y también voy a ir tarareando la canción de ABBA, porque es inevitable. 






Un día en la vida

Es el típico ejercicio que uno le hace hacer a sus alumnos. "Imagine un día en la vida de George Clooney". Y el alumno que apenas puede hablar en presente simple dice que George Clooney se levanta a las 7 am, toma el desayuno y alguna otra cosa relacionada con las comidas. Porque el alumno no tiene idea de qué decir. Seamos honestos, uno mismo no tendría idea si le hicieran esa pregunta. Así, martirizamos estudiantes de todo el mundo en Embassy, haciéndolos imaginar cosas imposibles. 
Yo voy a ahorrarle al lector el esfuerzo de imaginarse qué pasa en un típico día en mi vida. 
06: 00 Me despierto porque hay sol
0630  Me duermo
07 15  Suena el despertador
07 20  Tomo un café en la cocina mirando el Big Ben
***** Tiempo perdido en la computadora, ropa, ducha, etc*****
08 30  Llego al Teachers' Room
08 31  Atiendo a profesores: Me piden fotocopias, me preguntan, dónde cuando como me vas a observar, era hoy?
08 36: Llega Joanne. La acosan con las mismas preguntas
9  00 Se van a todos a clase
09 01 Vuelven porque  se olvidaron algo
09 15 Ronda para ver cuántos ausentes hay
09 15- 9 45 Tenés a todos? 
                    No!! Faltan Agop Jhyouorwntcho y Flavula Guluiombova
                    (Conversación similar se repite en cada aula)
09 45 Llamo al centre Manager y trato de deletrearle los nombres de los ausentes. 
10      Corto después de acordar que sería mejor mandarlos por mail. 
10 30  Observo clase donde profesor habla solo por 20 minutos. Los alumnos bostezan. Imagino cómo hacer mi feedback positivo. Bostezo también.
11 Café con Joanne mientras me muestra infinidades de páginas de excell que tengo que interpretar y modificar para esta tarde. 
12 Vuelven los profesores. Todos tienen preguntas urgentes y grandes problemas que solucionar. 

12 30: Lunch. Exodo. 
13 : 00 Salgo a la calle a respirar aire fresco. Me acuerdo de que estoy en Londres. Sonrío. 
14 Vuelven los profesores a clase.
Se repite la rutina anterior pero con la variante de que todos están más cansados y menos tolerantes. 
17 30: Gran despliegue de preguntas y cosas que faltan entregar por los profesores. Joanne escapa. Nadie tiene papel. Hay gente que se quiere quedar en Teachers' Room preparando clases. 
18 00 Dinner: Gran exodo. 
Pub o' clock. Todos sugieren que habría que ir al tomar algo. 
20: caminata, libro, cualquier cosa.
23: 00 Vuelvo a Mc Laren House. Planeo dormir pero mails y comunicaciones me mantienen despierta hasta las 2 am. 

Eso es a grandes rasgos lo que pasa en Southbank. hay variantes todos los días, como para que uno no se aburra. Por ejemplo ayer a la Universidad se le ocurrió probar si la calefacción funcionaba y la dejaron prendida todo el día. Hizo 30 grados. En un momento, el edificio estaba tan caluroso que empezaron a sonar las alarmas contra incendio. Tuvimos que evacuar el edificio. Menos mal que ya había terminado de deletrear los nombres de los ausentes. 

lunes, 14 de julio de 2014

Cocoon

¿Se acuerdan de la película Cocoon? Es la de los viejos que vuelven a sentirse jóvenes porque se meten en una pileta donde hay unos capullos alienígenas. La vi cuando era muy chica, así que por ahí no estoy haciendo una reseña muy fiel, pero la idea principal era que estos viejos recibían una oportunidad más para sentirse jóvenes y actuar irresponsablemente.
Mi amiga Gabi, después de su horrendo divorcio, se compró un departamento en Eastbourne, y se mudó unos días después de que yo la visité en Hastings el pasado Agosto. Ayer la fui a visitar  y comprobé, con risa, que la mayoría de los habitantes promedian los 75. Es verdaderamente el paraíso de la tercera edad. Según las estadísticas, Eastbourne es la ciudad con más días de sol anuales en todo el Reino Unido- deben ser 14 me imagino. Cuenta con casi 100 000 habitantes, fue fundada hace millones de milenios, como todas las ciudades acá, pero tiene una rambla larguísima- con rampas para sillas de ruedas y andadores- , muchísimos hoteles Victoriano, una zona de muelles (The Harbours) parecida a Puerto Madero, con yates y eso, y un sinfín de casas para tomar el té a precios convenientes. Los viejos se pasean por Eastbourne sin temer que los lleve puestos una patineta o un adolescente los atraque. Es más, vi algunos vejetes en rollers...
También hay gente joven en Eastbourne, pero deben sumar un total de 48 entre todos. Gabi está contenta, porque dice que a nuestra edad ya la tranquilidad del pueblo le parece bien, y los vecinos de su edificio la tratan como a una nieta. 
En general, quienes viven en Eastbourne pasan solo los veranos y el resto del ano en Florida. En la época de la reina Victoria, lugares como Eastbourne se recomendaban para la gente que sufría de los pulmones o tenía que recuperarse de una larga enfermedad, porque el clima se supone que es bueno para los estándares británicos. Igual es UK, así que el viento te vuela de manera tal que el simple acto de tomar un helado se vuelve una prueba de carácter y fortaleza. 
En fin, pasé un apacible domingo en el paraíso de la tercera edad, que acá son Senior Citizens, o Super Citizens, como los llaman en las propagandas. Ahora me nombraron Senior Teacher en Embassy, que además de significar que tengo que asistir a mi jefa en todo lo que a ella se le ocurra, quiere decir que soy vieja...

Bella Italia

Sí, bella. Esta semana que terminó hoy lunes estuve dedicada a un grupo de Italianos que tienen clases aparte de todo el resto de Embassy y hacen excursiones a la tarde con los profesores incluidos. Nada mal. Lo bueno que tienen los italianos es que, aunque vagos, le ponen onda, y le encuentran humor a la clase. Por otro lado, me tocaron niveles bajos, así que la clases es parecida a una conferencia con traductores simultáneos, non- stop. 
Mi italiano se está volviendo muy fluido; entiendo todo lo que dicen. Me encantaría que ellos aprendieran algo de inglés, pero con que digan 3 o 4 frases por clase me alcanza. Lo mejor son las excursiones. La semana pasada los llevamos hasta Buckingham Palace caminando, desde Southbank. Son unas 20 cuadras. Pero como ellos van muy lento, tardamos casi dos horas en llegar. Sin tener en cuenta que se sacan fotos en cada baldosa. Ante la obvia pérdida de tiempo, una de las activity leaders sugirió que nos volviéramos en subte. ¿Y si se nos pierde alguno? ¿O lo dejamos en la plataforma? Por suerte, ellos vinieron con 8 profesoras italianos y un médico, que no ayudan mucho, pero les repiten todo lo que nosotros les decimos en italiano. Básicamente, 8 personas de vacaciones. El médico trajo a su mujer que no sabe nada de inglés y es un lastre, porque camina lento y se pierde. Volvimos todos a Southbank, todos, todos, después de haber incomodado a centenares de londinenses que volvían de su trabajo. 
Ayer fuimos a Stonehenge y Bath. En realidad, pasamos con el micro por Stonehenge, y todos sacaron fotos con sus celulares. El chofer del micro les avisó: "Sobre su derecha van a ver Stonehenge, que es una pila de ladrillos."  Se decepcionaron un poco, pero en Bath se entretuvieron más, patoteando al soldado romano que entretiene a los visitantes a los Roman Baths, porque era romano y no hablaba italiano. 
Por suerte, en el viaje de vuelta se durmieron, y yo también. Me fui a un asiento sola, porque una de las profesoras me quería dar charla y me quemó la cabeza. Patricia, australiana y trotamundos. 
Con las demás profesoras estábamos preocupadas porque no les habíamos dado ningún dato o fecha de las fundaciones, ciudadanos ilustres, Jane Austen, etc. Nos quedamos más tranquilas cuando vimos que lo único que querían saber era dónde quedaba Primark y si había Starbucks. 
Bath es una ciudad para pasar unos días, realmente. Tiene tanta historia. Me sentía caminando por la novela Northanger Abbey, back and forth from the Pump Rooms. Todo es beige, hay flores en cada esquina, y la abadía es la más linda de las iglesias que vi acá. Me habría encantado tener tiempo para ir a revolver alguna librería, pero el deber de velar por la bella Italia y sus jóvenes habitantes no me permitieron. 
Será otra vez. 

miércoles, 9 de julio de 2014

La Dicha no es Mucha en la Ducha

Resulta ser que Mc Laren House, mi actual domicilio, fue construida hace unos cuantos años. A pesar de que la cocina y la calefacción se ven bastante nuevas, las duchas y la plomería son de la época en que Jack the Ripper atemorizaba y destripaba prostitutas por estas zonas.
Para comenzar, el primer día en que me dispuse a hacer uso de las instalaciones, comprobé con horror que no habías dos canillas, o siquiera una que gira para un lado y otro dependiendo de cuán caliente pueda salir el agua. No. Lo que me encontré fue un botón, grande, giratorio, con una protuberancia, y sin iniciales, ni pelos, ni señales. Lo presioné y no pasó nada. Traté de girarlo y después de forcejear para un lado y para el otro, salió un chorro de agua fría con una presión tan intensa que voló la cortina de la ducha. Seguí girando y noté, con escasa satisfacción que el chorro se hacía más intenso, pero al menos levantaba temperatura. Conclusión: la ducha no tiene término medio y sacude la cortina. Cuando uno termina de ducharse, el baño parece un lago. La cantidad de agua es mayor a la capacidad que tiene la canaleta de absorber todo. En seguida pensé: “Le voy a pedir al Centre Manager un secador de piso”. Sí, eso estaría bueno. ¡Si tan sólo me acordara cómo se dice! Creo que nunca en mi vida vi uno de esos acá, no aparecen en los libros de texto, no son parte de ninguna clase, y nunca vi a un british usarlo.
Otra ventaja de vivir en Mc Laren House es que todos los martes a las 7 45 am hay simulacro de incendio. En mi piso, todas las estudiantes son taiwanesas. Hoy es martes. Imagine.
Ante todo, como duermo poco- porque me parece una pérdida de tiempo dormir cuando uno vive en London- yo ya estaba despierta  a las 6 am, escuchando la radio TBL, que tiene un programa muy gracioso a esas horas. El locutor cuenta lo que salió en las tapas de los diarios y los niveles de congestión en los accesos a la urbe. Como si me interesara. Pero tiene un acento increíble. Como ya tengo costumbres de vieja, a la hora que sonó la alarma yo ya estaba lista, peinada, vestida, etc.
Cuando salí al pasillo vi unas cuantas estudiantes perplejas, con la boca abierta y los ojos desorbitados (tan desorbitados como les es posible), mirándome. Les dije que teníamos que bajar. Algunas estaban en pijama y descalzas. Bajamos lenta y sinuosamente. Yo quería gritarles: Vamos, bajen, reaccionen, pero recordé que como miembro del personal tengo que mantener la calma.


martes, 8 de julio de 2014

New Music Biennial

Lo mejor que le pasa a uno es lo que no planea. 
Eso exactamente fue lo que resultó de mi primer domingo en London: caminé por capricho hacia Southbank y terminé viendo dos muestras, una brass band en vivo y una proyección con orquesta en el auditoria Queen Elizabeth. 
Dentro del Festival of Love en el Southbank Centre, que ya mencioné, se desarrollaron varias muestras que tienen que ver con las vidas de las relaciones de pareja, o el fine de ellas. Una de las muestras era sobre el Museo de las Relaciones Rotas, donde se reúnen objetos enviados por donantes cuyo valor emocional está ligado al fin de una relación. No recomendable para ciertos momentos de la vida. Como no estoy experimentando sentimientos de ningún tipo al momento, sobreviví. Pero hace un tiempo tal vez que no lo aguantaba. Otra de las muestras se llamaba Songs of Love. Incluía un paseo con retratos de bandas y cantantes famosos por las canciones de amor que hayan compuesto e interpretado; pero lo más interesante de todo es que a disposición del público había pelucas y disfraces de esos artistas para poder interpretar las canciones en un karaoke. Un desperdicio no haber estado con las chicas. ¡Tantas pelucas desperdiciadas!
Después oí música sinfónica que venía desde la terraza de la Hayward Gallery. Una banda de trompetas, trombones, percusión y cuerdas estaba tocando gratis, para el público que quisiera disfrutarlo. 
En ese momento, me di cuenta de que estaba asistiendo a un evento de otro festival: El New Music Biennial. Acá todo es así, en simultáneo. Busqué un folleto y vi que había varias proyecciones de música y artes visuales. Saqué una entrada (gratis también) para ver A Child Like You. Es una especie de ópera fusión, con proyecciones y texto sobre un refugiado de Uganda que es adoptado por una familia británica en los 70s. Al final del acto, subió el compositor al escenario y contó que esa era la historia del chico de Uganda que sus padres habían adoptado y hoy es su hermano. Y estaba ahí mismo en el público. Gran historia. 
Londres tiene tanto para ofrecer que uno tendría que vivir cada día al menos 8 veces para verlo todo. Dormir es una pérdida de tiempo. 

domingo, 6 de julio de 2014

Mi reino por...

...una taza!!
Parafraseando al célebre monarca que protagonizó su propio obra, escrita por el bardo, me desespero y desando caminos en busca de una taza. 
Después de una jornada (media, en realidad) no muy intensa de aclaraciones y notas al pie de todo lo que voy a a estar haciendo estos meses, a cargo de Joanne, me vi en urgente necesidad de un café o té. Era el mediodía, no tenía hambre, pero mi última taza de café se había materializado en el desayuno, casi 4 horas antes. Los sábados el desayuno es full english. Yo no  lo quise probar en esta oportunidad pero  mis compañeros ingleses se desvivían, felices y relamiéndose ante la idea de comer salchichas, huevos, porotos y panceta para el desayuno. Yo comí tostadas. 
De todos modos, quería un café. La canteen está cerrada al mediodía, así que recurrí a mis coodinadora Joanne, y al centre manager, Chris, con el siguiente pedido: necesito cafeína. 
Joanne se ofreció a llevarme a su flat (acá estamos en flats y en cada uno hay varias habitaciones), que ahí ella tenía una pava eléctrica. En Staff room había una pero le faltaba la parte de abajo. 
En fin, tomé un café muy rico en la cocina de Joanne, en el séptimo piso, desde donde se ve el Big Ben, London Eye, etc. Una maravilla. 
Después me sugirió que le preguntara al centre manager si me podía agenciar una pava para mí cocina o cualquier cosa que necesite para mi habitación.
Me dirigí, rauda, a su oficina a hablar con Chris. Me consiguieron una pava, que ya usé lascivamente, perchas, toallas y un cartel para la puerta de mi habitación. 
Ahora, había comprado té, café, leche, tenía una cucharita en la valija, pero no tenía taza!
No quería comprometerme a cuidar alguna de las tazas de staff room, porque si la llego a romper, y además la tengo que andar llevando y trayendo. ¡Yo quería mi propia taza! ¡Quería independencia!
Según Joanne, el mejor lugar para comprar una taza es la tienda de 99 centavos. ¡Todo por 99 centavos! Laura haría un desastre ahí. Me dirigí a la tienda, pero para mi horror, abría en una hora. ¡Estaba varada en la estación Elephant and Castle! que no es nada linda- hay una comunidad de latinos medio sospechosa, casi como el once. Pero esperé y mi paciencia fue recompensada con una taza color violeta, y otros artículos a precios muy convenientes. El té que compré también me salió menos que una libra, y es mejor que cualquier té común. ¡Qué gran país!


Ojo con Southbank

Southbank, Southwark, the Bourough, Elephant and Castle son áreas de London que solían considerarse de mal vivir, donde se juntaban las víctimas de la peste, las ratas, los sucios marineros del puerto, los artistas de mala calidad, y Shakespeare tenía los teatros- porque era una actividad dudosa eso de actuar arriba de un escenario. 
Hoy en día es un despliegue de festivales al aire libre, bares, playa (sí, playa; el río está tan bajo que pusieron arena y los ingleses se refrescan los pies: un asco) y arte. La Tate Modern, the OXO Tower, Southbank Centre, etc. Todos edificios que desde afuera o adentro estimulan los sentidos. 
Hoy salí a caminar y me encontré con The Festival of Love. No es algo tan zonzo como suena. De hecho, además de haber llenado el margen sur del río de colores flúo, reúne espectáculos bajo 7 conceptos de amor provenientes de palabras en griego. Me acuerdo de pragma y de agape, que son el amor por lo humano y por las experiencias compartidas. dejo el link para que vean que no miento: 
http://www.southbankcentre.co.uk/whatson/festivals-series/festival-of-love

También hice algo de trabajo hoy. Como no empecé a dar clases formalmente, mi jefe, Phil, me sugirió amablemente que fuera a observar clases. Lo hice, y quedé muy contenta con los alumnos. Son muy entusiastas para que sea verano, haga calor y sepan que todos sus familiares están de vacaciones sin ellos. Espero que me toquen alumnos parecidos. El sábado tenemos una sesión de induction (que es como la introducción al lugar de trabajo y de residencia). Sigo sin quejarme. Un verdadero record. 

viernes, 4 de julio de 2014

Londres de semana

Ahora resulta que trabajo en Londres así que por primera vez anduve corriendo por el tube vestida como una persona decente, no en calzas y con una botella de agua en la mano. 
Tanta era mi obsesión por no llegar tarde a la primera sesión de entrenamiento (suena menos estruendoso en inglés) en Embassy, que me levanté a las 6 y llegué más de media hora antes. Encima se atrasó así que ridículamente temprano atravesé el río por abajo y llegué a Soutwark para asistir a la sesión en Southbank University, mi nuevo lugar de trabajo. Estoy viviendo en Southbank, en una residencia Universitaria y hasta ahora no tengo de qué quejarme. tal vez en el próximo post haya encontrado algo. 

La sesión duró hasta las 4 de la tarde. Nos charlaron sobre la historia de los teaching trends (me acordé de nombres como Suggestopedia, que siempre me causó mucha gracia) y cómo usar la mejor parte de cada uno para que una clases esté basada en la fluidez y lo oral. La actitud en general es muy relajada. 
Conocí a varios compañeros pero alguno se iban a dar clases a otros centros. Había una chica, Tharmina, que era musulmana y andaba tapada, pero con la cara afuera. En un momento me contó que estaba ayunando por Ramadam o algo parecido. Solamente pueden comer después de que salga la primera estrella y antes de que desaparezca la última, si comprendí su extraña costumbre correctamente. Me pareció una atrocidad. Una de las tantas a las que somete el Profeta a su "amado" pueblo. Esa se fue a otro centro. Le deseo un buen ayuno. 

A las 4 tuve que excusarme, porque ya veía que la reunión menguaba y yo tenía que estar a las 6 en Bloomsbury (es como ir desde microcentro a Belgrano). Llegué temprano- otra vez- pero entre una cosa y otra (vagas, caminar de más) terminé llegando a Birkbeck a las 6. 
Nos recibió la directora del MA y otro docente, que nos dieron una charla muy interesante sobre lo contemporáneo y nos hicieron debatir sobre la fecha en que lo contemporáneo comenzó. Había gente que argumentaba acaloradamente, pero yo dije 9/11, que me parece lo más lógico. En realidad, los especialistas aún no se ponen de acuerdo, así que no sé para qué le hacen a uno discutir estas cosas. Después hablamos del film Persépolis, que me toca en más de un aspecto. Otra vez a una joven musulmana en la escena. Pero además de ser feminista y rebelde, es estudiante en otro país. Sobra decir que yo no soy musulmana, ni rebelde, pero tampoco soy un dibujito animado, y sin embargo esa película- basada en un comic- me había hecho sentir identificada cuando la vi por I sat. 
Volví a eso de las 8 y sentía que me iban a explotar los pies pero estaba contenta, porque tengo una lista de libros para leer y grandes descuentos en Londres para aprovechar. 





miércoles, 2 de julio de 2014

Lo mejor y lo peor

Londres es Londres, siempre la misma, round the clock. Lo que cambia es mi situación alrededor de London. Y como uno es uno y su circunstancia, lo único que me importa de London hoy es lo que toque a mi situación en particular.
Si en el futuro hay una reunión de trabajo o académica- que las hay, dos de ellas- miro por la calle cómo va la gente vestida a esos eventos. Me concentro en la gente que anda cerca de las Universidades, trato de adivinar si son estudiantes, si son extranjeros, si se los ve felices...

Lo que no hago es buscar recitales, ni eventos de índole recreativo (bueno, no hace 48 horas que llegué) pero quiero tener toda mi energía para cumplir horarios, tomarle el tiempo al subte, ver si a la hora pico se llega igual de rápido.

También busco el conocimiento. Estoy decidida a indagar hasta la última consecuencia. De hecho recién busqué por qué el areopuerto de Madrid se llama Barajas y esperaba una explicación con tintes medievales, como la del sandwich. Pero no, estoy muy decepcionada. Barajas se llama Barajas porque está en la localidad de Barajas. Bah!
En cambio, acá en UK, todo tiene una razón detrás del nombre de los lugares. Y algún monumento recordatorio también.
Por ejemplo, las estaciones de subte: Charing Cross, Monument o Bank remiten a un evento histórico.
London es infinita, no deja de sorprender. Hoy descubrí cuanto musulman hay en la zona de Marylebone, y además, que existe un monumento a JFK. No sabría precisar la razón.
Lo mejor
Comida en Mark & Spencer
el olor de los pubs
la voz del subte
los diarios
las calles
Clink 78- el mejor hostel del mundo- y que me haya tocado la misma habitación del 2012
la amabilidad de los vendedores y transeúntes.

Lo peor:
El olor de los pubs
el mundial en todos lados
el café (por favorrrrr, qué assscooo)
la mega organización que te indica por dónde caminar en el subte
los anuncios de llevar agua por las altas temperaturas (hoy hizo 25 grados, epa)
las pocas ganas de vivir que uno ve en el subte- que no se comparan par nada con la ansiedad y entusiasmo que porta uno.
las calles cambiando de nombre cada 100 metros.

Sigo viviendo todo esto. A la espera de una nueva epifanía.




Barajas- Librada al Azar

Una vez más, después de 12 veranos, vuelvo a Barajas. Aquella vez me había quedado varada, barajada, embarajada, envarada en Barajas por 12 horas, y lo recuerdo mustio, despectivo y distante. No estaba equivocada. El personal del aeropuerto es mala onda, para no decir cosas peores. 
Este post está esescrito desde la madre patria, en honor a la patria potestad, para mis papás, que me aguantaron como nadie, me consolaron mientras me despedía entre llanto e hipo y mi papá confirmaba una vez más que es la identidad secreta de Superman en Ezeiza. 
Lo más lógico es que ellos lloraran, pero, este es el viaje de los insólito, y esta vez lloré yéndome. 
Acá en Barajas, podría estar jugando una escoba de 15 como sugiere mi primo, pero no, estoy mirando, una vez más cómo los oriundos de la madre patria se pasean haciendo gala de su verano, ya totalmente dominado, portando colores llamativos, y con autoridad, como si el estivo les perteneciera. 
Tomé este vuelo con temor, pensando que iba a ser un desastre, especialmente por lo barato que fue el pasaje y las sospechas que eso supone. Pensé que iba a ser parecido a un vuelo de Iberia en sus peores épocas. Pero afortunadamente me equivoqué. Air Europa ofrece, además de catreras mínimas, pantalla pegada a los ojos y la opción de pollo o pastas, como cualquier otra aerolínea, una gran variedad de cosas inesperadas. A saber, recipientes resistentes de plástico brilloso, una almohada CON relleno, café muy decente para ser una aerolínea y azafatas amables y agraciadas para ser ibéricas.
Ya dejo el castellano detrás; de hecho, le dije a la azafata: "Buenas gracias" cuando bajé del avión.
Como ya sale mi vuelo a Londres, espero poder darle la bienvenida al verano como corresponde. Me voy a poner sandalias y caminar solapadamente. 

domingo, 22 de junio de 2014

¿Otra vez?

Sí, es lo único que me pregunta la gente cuando le cuento de mis planes. 
Pero si vos ya viviste en UK y te volviste. Sí, lo sé; conservo la memoria de los horarios férreos y del transporte impoluto. También conservaba un deseo de conocimiento superior que sólo puede ser saciado allá. Entonces me pasé meses y meses llenando formularios, rompiéndome la cabeza frente a la pantalla, prometiendo lealtad a tal o cual instituto educativo. Este espiral de deseos, esfuerzo, coincidencias y programas de estudios de posgrado se materializará a fines de Septiembre. Pero mientras tanto...
... se volverá a tener domicilio en las Islas. 

Pero esta vez en... London!

Embassy (la escuela donde estudié en Hastings en el 2002) me espera para que forme parte de su staff en London Mile End y lo más bochornoso es que voy a tener que usar una chomba color naranja. Después de eso, las cosas sólo mejoran. Espero encontrarme con la calidez que me cautivó de mi profesora en el 2002 y verla replicada en muchas personas en ese lugar. Quiero que los olores que recuerdo en sueños formen parte de mi día a día, hasta que llegue el momento que los olores de Buenos Aires sean parte de lo que uno llegue a añorar. 

En fin, llega otro vuelo, parecido a muchos otros, pero esta vez la que es distinta soy yo.