viernes, 11 de noviembre de 2016

De las Togas y otros Placeres de la Vida

Después de un año y un mes, el momento culmine de mi carrera llegó un día frío y ventoso de noviembre. 
Por fin pude usar toga y birrete, en una Universidad extranjera, con discursos, aplausos y demás pompas que han poblado mis más sublimes fantasías por mucho tiempo. 
No voy a aburrir con historias ridículas de cómo el fotógrafo me hizo sostener un diploma de plástico con un gancho para la foto oficial, o cómo tardé un lustro en comprender cómo enganchar la toga con la capa de va arriba. Lo que más me conmovió de mi ceremonia de graduación en Birkbeck fue recordar todo lo que pasé para poder estar una sala con un montón de gente que no conozco, todos con el mismo sombrero ridículo, y encima estar al borde de las lágrimas de la emoción por poder vivirlo. 
El operativo Graduación estuvo muy bien orquestado por la Universidad de Londres, que nos facilitó un Hotel para poder vestirnos, probarnos las togas alquiladas, los birretes, sacarnos las fotos oficiales y las no- oficiales, y llegar a la ceremonia en Senate House con 15 minutos de sobra. 
La ceremonia fue dirigida por el Master de Birkbeck (un señor con barba), la Baronesa  (la máxima autoridad del College), y una otra autoridad, una mujer, que creo que era decana, que se ocupó de leer mal todos los nombres que no eran sajones. 
Mientras esperaba mi turno y escuchaba grandes discursos, que mencionaron a Trump, ineludible, no podía dejar de emocionarme. Pero no era por decir, por fin terminó esto, qué alivio. No. Mi emocióon venía de un sentimiento de pena y nostalgia por lo que dejé atrás. Las tarde y noches en la biblioteca descubriendo nuevos matices de un texto, las clases magistrales y las charlas posteriores, la conferencias, eventos, excusas para compartir opiniones, las horas frente al teclado son ideas, o con muchas, descubrir a un autor clave para la tesis, en fin, grandes placeres de la vida que no creo vuelva a vivir, porque simplemente no es lo que se necesite con suma urgencia en mis rutinas diarias. Pero hace unos meses, ir a la British Library era parte de mi vida diaria, hacer fichas con citas, leer 4 libros por día . Por eso tenía una sensación de pena y de inmensa alegría por haber podido hacerlo. 
Dutchman sacó fotos magistralmente durante, antes y después de la ceremonia. Le voy a agradecer siempre que haya estado tan alerta a la documentación del momento, porque yo claramente estaba en otra.  Y yo estaba en un trance de felicidad y nostalgia. Volvería a hacer todo de nuevo. 

El momento cumbre dela ceremonia fue cuando los Doctorandos pasaron al frente. Llamaban a cad uno por la especialidad de su Doctorado y después leían el título de cada tesis, y cuando decían el nombre, le agregaban Doctor. Pero eso no es nada. Los alumnos de doctorado, llevan un sombrero diferente al de los MA o BA. es como un hongo con una pluma. Cuando los llaman al frente, veo que se sacan el sombrero, y el Master los está esperando con una especia de trapo. No es un trapo! Es una capa! El candidato se arrodilla, y el Master le revolea la capa sobre los hombros. They are donned, por medio de esa solemne ceremonia. Y esa capa se la quedan de por vida, con los colores de la Universidad que los hizo doctores. 
Es tan poderoso el gesto, que falta que salgan volando. 
Una maravilla. 
No paro hasta la capa.