Una rutina inesperada desde el Enero más productivo que tuve en mi vida.
Para mí enero era una seguidilla de libros bajo el sol, siestas con el gato y largas noches de insomnio porque dormía todo el día.
Pero, ahora, en cambio, en el país donde todo está dado vuelta, yo trabajo de manera impecable en enero y ya ni me acuerdo qué era una siesta.
Me convertí en la asistente de mi jefa, en Lewisham- cerca de Greenwich- y tomo el DLR todos los días. Ya sé qué asientos tienen el calefactor abajo, y me puedo olvidar el mapa porque el subte es mi segundo hogar.
Miro al amanecer desde Canary Wharf- red sky in the morning, shepherd's warning- y me bajo donde termina el recorrido. Una vez más convenzo profesores para que tomen tal o cual clase, convenzo a alumnos de que se queden en tal o cual nivel, distribuyo recién llegados en aulas para exámenes y corro escaleras arriba y abajo, varias veces al día. También tomamos el té en la oficina a eso de las 3 de la tarde y nos reímos de los alumnos. Ya tenemos sobrenombres para unos cuantos.
Cada vez que un profesor se va de la oficina, mi jefa dice, "Es bueno Fulano, ¿no?" Y sí. Todos parecen buenos en el trabajo porque nadie trae consigo sus problemas personales o sus vidas privadas. Y viceversa. Nadie se lleva trabajo a su casa. Si te quedás trabajando después de hora, es porque sos un gil. El trabajo que te dan es perfectamente realizable en las 8 horas que pasás ahi.
Hay escarcha en los colectivos y en los autos. Ayer pensamos que nevaba, pero no; era solo lluvia gorda. Eso sí, nieva en toda Inglaterra menos en Londres. Decepcionante.
Hoy es Burns' Night, y se celebra a Robert Burns, poeta escocés, con grandes demostraciones de porqué los Escoceses son mejores que el resto del mundo. Aparentemente, todo fue inventado en Escocia. http://www.scotland.org/whats-on/burns-night/
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