domingo, 12 de agosto de 2012

La Infinitud

Es infinita esta ciudad. Y mas por las noches porque hace menos calor. Un gran espectàculo es la Torre de noche, iluminada con estrellitas, y la sempiterna oferta culinaria es muy tentadora.  Podria comer todo el dia. Pero me llamo al sosiego poraue si no, voy a volver rodando. Menos mal que camino sin parar, a sol y sombra. El viernes a la noche, compré un café en la calle, mientras miraba las luces de la Torre (Un vino habria sido màs acorde, pero no habia dormido la noche anterior, y tenia miedo de caerme dormida a la Seine). El café era rico! Una grata sorpresa. Acostumbrada a lo cosa vil que venden por café en UK, esto fue la gloria. Esta gente sabe muy bien como alimentarse con placer. Y yo que esperaba un café como el del avion, con un tenue gusto a pis. 

Todo es sabroso. Hasta el desayuno en el hostel fisgon donde estoy (si ven lo Que pagué se mueren de risa) hay dos clases de queso; croissants, un pan exquisito, etc. Toda la comida exuda manteca y felicidad. El hostel tiene un balance entre turistas ruidosos, musica buena a todas horas, teclAdos diabolicos, y un baNo de lujo. 
Pero, a ver, qué esperàbamos? Los franceses son eficientes y serios, por lo tanto hacen las cosas bien. La combinacion de cultura al alcance de todos, buena comida, una tradicion respetada a rajatabla y mentes atormentadas da un resultado impecable a mi entender. De hecho, los mas grandes pensadores atormentados y afectaditos de la historia nacieron o viveron acà. Pero, (siempre hay un pero) la mùsica frencesa apesta a diablos. ayer sali a tomar algo y a bailar, a un lugar que pasaba la misma mùsica que Ultra, y en un momento pasaron algo en frances, puaj. Y en otro lado tuve oportunidada de escuchar a algunos cantautores; y encore: puaj. NO es su fuerte la mùsica. 
Es trillado, pero Paris no para de ser hermosa, nunca. y ronosa tabien. Hacia rato que no sentia tanto olor a pis concentrado en lugares pùblicos. Fui al Centro Pompidou (un regio resumen de todas esas cosas que no sé de arte, y obras famosas), y llegué a los Jardines de Luxemburgo arrastrando los pies; Hay sillas para admirar la vista sentado. Me arrojé sobre una de ellas y la ùunica foto que saqué es desde la silla. Ni centrada està; Igual, no largaba la silla ni loca. Cuando la muestre, importa que haya salido una rama de àrbol en el medio?  Si igual, todos ustedes saben qué palacio es. 
Eso me llevo a preguntarme: para qué sacamos fotos? 

Bueno; porque vemos algo bello, queremos poseerlo, es inalcanzable. Y somos plenamente conscientes de que lo que vemos nunca va a salir en la foto del mismo modo en que lo estamos viendo. Nunca vamos a poder transmitir en una foto la increible sensacion de ver un puente sobre el rio màs retratado por escritores de ayer y hoy. Prometo no aburrirlos a la vuelta, relatando mi carrera fùtil por retratar lo efimero. 
El Metro. El emblemàtico Metro, con sus flechas que se contradicen, sus pasillos que se cruzan y sus indicaciones ambiguas. Veo que se puede pasart exactamente la misma cantidad de tiempo debajo del Metro que arriba, y de todos modos terminar caminando la misma distancia. Creo que el Metro es el mejor lugar del mundo para evadirse de la ley. Nunca los encontraràn!

No hay comentarios:

Publicar un comentario