viernes, 31 de agosto de 2012

Sali a buscar...

... y termine encontrando mas de lo que esperaba. Ante todo: ¡Volvieron las tildes! ya estoy en Barcelona, paseando por el Barrio Gótico, visité el museo de Picasso y ya veremos que pasa después. 

Dublin me dió más de lo que se le puede pedir a cualquier ciudad, y eso que sólo estuve dos días.¿Qué hace una persona como yo en Dublin? Primero y principal pide un mapa, y busca el James Joyce Centre. Ahí un señor muy amable me indicó varios puntos en el mapa que son mencionados en el Ulysses o en historias de Dubliners. También el hotel (Finn´s Hotel) que dio lugar a Finnegan´s Wake , que originalmente se iba a llamar como el hotel. De ahí, además de pasar por Belveder College (The Portrait of the Artist as a Young Man), me dirigí al Irish Writers´Museum. Un paseo bastante acotado por los talentos literarios más grandes de Irlanda. Y me fui con la sensación de que los mejores escritores de la lengua inglesa, sin duda, son los Irlandeses. De hecho, en el programa de literatura Inglesa de la UCA, la mitad son irlandeses. Reverncias infinitas especialemente a Heaney, Yeats, Beckett y Joyce. Fue en el único museo de los 6 o 7 que visite  en donde pedi audioguía. 
Gracias a Katie O´Connor, fui convencida de tomar un tren hacia Sandycoave, que es donde la torre del primer capítulo del Ulysses se eleva (bah, no tanto, parece un termo), y fue originalmente construída para defenderse de los ataques del ejército de Napoleón. No era esa torre sola, eran más, ya que se necesita más que un termo para detener a Napoleón. Ahí, Joyce pasó 6 días, viviendo con un amigo, y adentro se encuentra el museo de James Joyce. En la terraza está el mástil,  desde donde se ven los peñascos y la playa, y la ciudad de Dublin a la izquierda. 
En la planta baja está el museo y en el medio, el cuarto donde Buck Mulligan y Stephen Dedalus charlan después de afeitarse. Sentia que no podía sentir más emociones destro de esa torre- termo. Pero, cuando baje, me puse a charlar con un guía que contestó todas mis preguntas de freak. Y cuando estaba por irme, entró un seños de unos 70 años, que se presentó como Robert Joyce: El sobrino nieto de James...
Sobra decir que lo ataque con preguntas y el señor fue muy amable. Charlamos un rato y le dí la mano. Sin saberlo, salí a buscar a Joyce, y terminé encontrando un vestigio vivo de él. Impagable. 

 Bueno, también salí a beber unas pintas de Guiness, a comer salmón y a escuchar música en vivo, pero después de lo que pasó en la Torre, no podía pedirle nada más a Dublin. Lo cual dejó al pobre de Oscar Wilde en segundísimo plano, con solo su estatua en Marion Square.

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