lunes, 15 de julio de 2013

Acostumbrarse y no tanto


Hay muchas cosas a las que me voy acostumbrando, ahora que ya pasé una semana entera en Radley. Por ejemplo, caminar el equivalente a dos cuadras para desayunar, comer bacon a la mañana, decirle “Good Morning” hasta al rollo de papel higiénico, sonreírle a todos los alumnos, planificar como una maniática y llevarlo a cabo con precisión (tanto que hasta en una charla de pub con mi compañera polaca nos encontramos siguiendo los tres pasos de presentation- repetition- practice para una conversación banal.), no limpiar nada, que el celular no tenga señal, que el almuerzo sea abundante, que el café no me saque el sueño porque es una porquería, que el césped parezca una alfombra,  que la manteca sea salada, que la cena sea a las 6 de la tarde y todavía entren rayos de sol por la ventana y el calor sea insoportable porque esta buena gente no cree en el aire acondicionado. Ni siquiera creen en abrir ventanas para que “haga corriente”. Todo esto ya no me llama más la atención.

Pero la intrincada arquitectura de la ciudad de Oxford todavía me toma por sorpresa cada vez que doy vuelta la esquina, y la arquitectura inglesa en general, con sus materiales de primera calidad y la roca sólida que pudo haber estado en el mismo lugar por 400 años tranquilamente todavía me sorprende. No solo estoy hablando de los colleges en Oxford, que son uno más majestuoso e imponente que el anterior, pero también me refiero a las simples construcciones, con detalles cuidados como caños para el desagüe y paradas de colectivo con todos los horarios en un cartel. Increíblemente, se respetan.

Ayer tuvimos la noche libre y hoy estamos libres hasta las 6, hora en que tenemos que arrear a los chicos a la cena (los Activity Leaders están de franco), y después llevarlos a la casa para una película. Hoy fueron de excursión a Hampton Court (uno de los palacios de Henry VIII) y la temperatura pasa los 30 grados, por lo cual esperamos que estén bastante cansados. Tanto ayer como hoy, pasé mi tiempo libre en Oxford. En total, me senté en 3 bares y en 2 parques. Y podría sentarme en cualquier lado, pero en la mayoría de los lugares está prohibido pisar el césped. Igualmente, ya me tendría que tomar el colectivo de vuelta, porque me espera una cena inglesa, con calorías al tope, bajo este sol y con 30 grados de sensación térmica.

  
 
 

2 comentarios:

  1. Kari para que no te sientas Lejos Pero a la vez cerca de donde hoy estas....headphones recommended!! http://m.youtube.com/index?&desktop_uri=%2F#/watch?v=uocESWBHndg besos

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  2. Siempre pensé que de haber ido a Oxford lo último que habría hecho es estudiar: me la habría pasado sentándome en distintos lugares...

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