viernes, 5 de julio de 2013

Pasajero Incómodo

Y sí, pasó el tiempo (11 meses) y y se hacen sentir porque no pude conciliar el sueno; tanto como hubiera querido, en ninguna posición en el avión. Y eso que gracias a mis dimensiones reducidas yo tendría que dormir muy bien en la aeronave. Evidentemente, es la edad.
La falta de coordinación  me acompañó durante todo el viaje y la llegada.
Al viajar por TAM, uno se siente inmediatamente un amargado porque las azafatas son tan sonrientes y bien predispuestas que contrastan claramente con la idiosincrasia porteña, o la mía.
El vuelo salió a horario, me sentí apretujada en todo momento, y la oferta de películas era infartante. Intenté mirar la última de Wes Anderson pero me quedé semi dormida, y después sólo quise dormir, mal.
Otro chirimbolo interesante que regala TAM a sus pasajeros en vuelos internacionales es una opción en la pantallita que es una cámara que se encuentra abajo del avión. Entonces, en vez de desnucarse para mirar por la ventanilla, uno puede mirar el paisaje sin sentir culpa de tener un asiento (o poltrona).
Así miré el mejor aterrizaje en Londres que tuve hasta ahora. Miré todo el majestuosos serpenteo del Thames, divisé edificios icónicos, parques, lagos, hasta que los autos se veían claro, y tocamos la tierra. Es impresionante, porque se mueve tanto la cámara que parece que el avión se cae, pero no; es sólo una ilusión. Y después uno mira la pista de aterrizaje bien de cerca, cosa que no le permiten a uno si tiene que tomar un avión, a menos que trabaje en el aeropuerto.
Tomar el tuve fue extenuante; tenía crédito en la Oyster (la SUBE de Londres) pero tuve que agregar, así que busqué monedas en mi bolso; y arrastré la valija por el subte, con un calor poco común.
Mis enemigas mortales se presentaron en varias oportunidades y formatos: las escaleras.  Llegué a la estación Bayswater, a una cuadra del hostel, y casi me desmayo con la cantidad de escaleras que tuve que subir. El hostel es feo. Hagan lo que hagan, no se queden en el Hyde Park Smart View, o algo así. Pero, la locación es fantástica, Notting Hill. Tengo miles de negocios cerca y es un barrio lleno de flores. Cuando me dieron la llave de la habitación me dijeron que era en el 3er piso, ¡por escalera! Por suerte me ayudó una chica de un país de Europa del este.
Hoy, más descansada y bañada (lo cual es bastante), me dedico a organizarme. Rápido. Porque a las 2 me encuentro con Gabi y vamos a ver Bon Jovi!! Ya no soy un pasajero incómodo.

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