jueves, 15 de agosto de 2013

El Imperio y más allá

La Reina Victoria no era solamente la reina de Inglaterra desde 1832 y 1901, sino también la Emperatriz de la India- y la regente de todo el Commonwealth, Nigeria, South Africa, etc. como buena monarca, se ocupó de que en sus dominios, o al menos en el centro de su Imperio, no faltara nada, y por consiguiente, la gente no tuviera que andar viajando por el mundo en busca de rarezas. Entonces, se ocupó de abrir al público cosas como el zoológico y los Jardines Botánicos de Kew, que en realidad eran privados, de una reina anterior.
Londres me dio 3 días fríos y con lluvia, en los que necesité abrigo de varias capas,  zapatos cerrados y dormir con pijama. Mi idea era ir a Kew Gardens, pero dudaba, ya que si iba a llover todo el día, prefería ir a algún lugar bajo techo- como el cine del lunes. Pero estuvo frío con lloviznas y fui igual.
No sólo es un jardín botánico donde uno puede ver árboles con carteles, sino un parque temático con variantes, para que uno no sienta que nada más está mirando plantas. Por ejemplo, hay una pagoda, rodeada de un jardín estilo japonés. También hay un puente circular que va por encima de la copa de los árboles más antiguos, por lo tanto uno puede mirar el verdor desde arriba.
Después hay un lago con puente y sus correspondientes patos, y las flores están separadas por zonas, para que se concentren los aromas.
Ahora, con respecto a las rarezas, la Reina Victoria hizo construir un invernadero con especies de palmeras de todo el mundo. Menos mal que hacía frío. Adentro del vivero, la temperatura era tropical y se podían ver palmeras y lianas de varias selvas. Platas de kola, café, té, etc, todo lo que consumimos todo el día y ni sospechamos que viene de una planta. Y ese vivero era tan gigante que también tiene desfiladero en las alturas para poder apreciar las palmeras mejor que si estuviéramos en la selva. Por eso es tan sabia abrir estas cosas al público. Para que los súbditos no quieran explorar, y prefieran quedarse, si total, en su país también pueden verlo.
Ayer también hice uso de las instalaciones bajo techo de, por ejemplo, el teatro Globe, y fui a escuchar una charla sobre The Tempest. Después de eso cené en un restaurant Indio, para despedirme de Londres con la mejor comida que el Imperio pudo someter bajo su poder. Menos mal.
Todo el día de ayer y hoy Londres estuvo invadida por los Escoceses, vistiendo sus tradicionales kilts, camisetas de football y grandes dosis de alcohol, porque había un partido contra Inglaterra. Después supe por los Scots que estaban en el hostel que perdieron.
Una pena, sabiendo toda la anticipación e ilusiones que pusieron en ese partido, al menos al haber viajado e invadido Londres, tal vez, de la única manera que pudieron hacerlo los escoceses: por razones deportivas.



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