martes, 13 de agosto de 2013

London - desde otro ángulo

Volví a London, al mismo hostel del año pasado, el que era una cárcel. volvimos a la colimba, las duchas feas, el desayuno ruidoso y los kilómetros de escalera. Volví a London y apenas llegué me di cuenta de que no sabía qué hacer!
Fui a caminar por el Thames, fui a ver si había algún lugar libre en el Globe, pero no, estaba todo vendido. Hice lo mismo en varios teatros. Sin suerte.
Terminé en el cine, después de casi un mes de no mirar una pantalla que no sea de computadora. Miré una película Árabe, o de los Emiratos. Se llama Wadjda y no sé si la estrenaron allá. Es sobre una nena musulmana que tiene los típicos contratiempos de una mujer creciendo en las tierras donde las palabras del profeta son ley. Me gustó, pero creo que podría haber tenido un poco más de drama. no puede ser tan fácil ser mujer en Arabia Saudita (o thereabouts).
Entonces, cuando salí del cine eran las 8 30 de la noche, pero todavía era de día, y al estar en Leicester Square, sólo doblé la esquina y me encontré en Chinatown! Yo había estado ahí en el 2002, la primera vez que vine a UK. ¡Qué lugar lleno de chucherías! Bueno, sí, como el barrio Chino en Buenos Aires. Pero acá tenía tiempo libre para entrar a todos los negocios y probar cualquier cosa. Compré algunas cosas que no resultaron ser lo que yo pensaba, y otras me encantaron, a pesar de que todavía no sé exactamente de qué estaban hechas. Sigo viva, así que no hay de qué preocuparse. Compré moon cakes, unas empanaditas de cerdo pero dulces, unas cosas de coco y unas galletas de nuez. Nada exorbitante.
Según Samuel Johnson, "When a man is tired of London, he is tired of life." Creo que todavía me queda London para rato; no debo estar tan cansada.

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